Hasta el momento, las autoridades carecen de información precisa sobre el lugar de la aprehensión de Nahuel Gallo y el destino al que fue trasladado por las fuerzas de seguridad bolivarianas.
El suboficial de Gendarmería Nacional Agustín Nahuel Gallo, de 30 años, fue detenido en la frontera entre Venezuela y Colombia bajo sospechas de espionaje tras arribar a Caracas con el objetivo de visitar a su pareja y su hijo. La intervención diplomática de Brasil, anunciada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, será clave para resolver el caso, en un contexto de tensas relaciones entre Argentina y Venezuela.
Gallo, oriundo de Catamarca y residente en Mendoza, viajó a Venezuela el pasado 7 de diciembre desde Luján de Cuyo, donde estaba destacado como miembro activo de la Gendarmería. Según su familia, el objetivo del viaje era pasar tiempo con su pareja, María Gómez, y su hijo. Sin embargo, al cruzar desde Colombia hacia el estado de Táchira, fue detenido por autoridades migratorias venezolanas en una región militarizada, acusado de ser un presunto espía argentino.
La Cancillería argentina, encabezada por Gerardo Werthein, calificó la detención como “arbitraria e injustificada”. Sin representación diplomática directa en Venezuela desde la expulsión de funcionarios argentinos por parte del gobierno de Nicolás Maduro, las gestiones para liberar a Gallo se tornaron complejas.
Argentina recurrió a Brasil como mediador, aprovechando que este país administra la residencia diplomática argentina en Caracas y mantiene un canal activo con el régimen chavista. Daniel Raimondi, embajador argentino en Brasilia, inició contactos con la cancillería brasileña, y Lula da Silva se comprometió a interceder en el caso.
En un comunicado conjunto, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Seguridad expresaron: «La Argentina no tolerará actos de esta naturaleza contra sus ciudadanos y deplora este tipo de prácticas que contravienen los principios esenciales del respeto a la libertad individual y la dignidad humana».
El suboficial Gallo había viajado en calidad de civil y no se encontraba en misión oficial, según confirmaron tanto su familia como fuentes gubernamentales. Su ingreso a Venezuela a través de Colombia fue una decisión presupuestaria, descartando especulaciones sobre un posible destino en territorio colombiano en el marco de acuerdos bilaterales.
El caso de Gallo reviste gravedad no solo por tratarse de un ciudadano argentino detenido, sino porque es miembro activo de una fuerza de seguridad nacional. Este tipo de incidentes, según fuentes oficiales, “tiene un impacto delicado en las relaciones bilaterales”.
A pesar de los esfuerzos argentinos, el desenlace del caso es incierto. Fuentes diplomáticas reconocen que la mediación de Brasil será crucial para obtener avances, aunque no se puede prever ni el tiempo ni el resultado de las negociaciones en curso.
